domingo, 27 de abril de 2014

Un mensaje de Juan Pablo II que me llegó profundo al corazón



Hoy, 27 de abril de 2014, san Juan Pablo II ha sido declarado santo, e inscrito en el libro de los santos de nuestra amada Iglesia Católica.

Mas, hay muchos santos, muchísimos más, que por misericordia Dios nos ha dado, pero que no son conocidos o reconocidos por nuestra Iglesia. Es hermoso pensar esto... pues podemos imaginar un Cielo lleno de santos que interceden por nosotros, niños, jóvenes, adultos, ancianos... y que nos dicen desde arriba ¡sí! ¡es posible!

La santidad no es perfección, no es ausencia de pecados, de equivocaciones, sino que es simplemente, una amistad profunda con Cristo. Es salir a buscarlo, verlo en los rostros cansados de la gente, también en sus sonrisas, en su pobreza o riqueza (pobreza que puede estar llena de Dios, o riqueza vacía de Dios), en las manos que nos piden pan, en aquellos que con su simpatía nos atienden en un Mc Donalds, o en el más elegante restaurant. 

San Francisco de Asís, tenía una frase que me repito sin cesar... debemos evangelizar siempre, y cuando sea necesario, usar también las palabras. Es nuestra actitud, nuestras acciones, las que marcan la diferencia en nuestro entorno. No sirve de nada estar llenos de Dios si no lo irradiamos (palo para mí, sí, yo también me caigo).

Ser profundamente amigos de Jesús, significa también hacer su Voluntad en todas las cosas, allí donde nos encontramos. No importa si somos estudiantes, trabajadores, gerentes, secretarias, porteros, políticos... ¡ricos o pobres! Lo importante es hacer lo que Dios quiere de nosotros. Esto es más difícil... pero no imposible, no con la ayuda de Dios. ¡Para Él nada es imposible!

Les dejo el mensaje de Juan Pablo II que más me llegó en la jornada mundial de la juventud, el año 2000. Yo tenía 14 años (sí, pueden calcular mi edad) y al paso de los años, quedó profundamente grabado en mi alma. Doy gracias a san Juan Pablo II por haber plantado esta semilla en mi corazón, y le pido que interceda por mí, y por todos nosotros, para que de abundantes frutos...


Queridos jóvenes, ¡tened la santa ambición de ser santos, como Él es santo!
Me preguntaréis: ¿pero hoy es posible ser santos? Si sólo se contase con las fuerzas humanas, tal empresa sería sin duda imposible. De hecho conocéis bien vuestros éxitos y vuestros fracasos; sabéis qué cargas pesan sobre el hombre, cuántos peligros lo amenazan y qué consecuencias tienen sus pecados. Tal vez se puede tener la tentación del abandono y llegar a pensar que no es posible cambiar nada ni en el mundo ni en sí mismos.
Aunque el camino es duro, todo lo podemos en Aquel que es nuestro Redentor. No os dirijáis a otro si no a Jesús. No busquéis en otro sitio lo que sólo Él puede daros, porque «no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos» (Hc 4,12). Con Cristo la santidad –proyecto divino para cada bautizado– es posible. Contad con él, creed en la fuerza invencible del Evangelio y poned la fe como fundamento de vuestra esperanza. Jesús camina con vosotros, os renueva el corazón y os infunde valor con la fuerza de su Espíritu.
Jóvenes de todos los continentes, ¡no tengáis miedo de ser los santos del nuevo milenio! Sed contemplativos y amantes de la oración, coherentes con vuestra fe y generosos en el servicio a los hermanos, miembros activos de la Iglesia y constructores de paz. Para realizar este comprometido proyecto de vida, permaneced a la escucha de la Palabra, sacad fuerza de los sacramentos, sobre todo de la Eucaristía y de la Penitencia. El Señor os quiere apóstoles intrépidos de su Evangelio y constructores de la nueva humanidad. Pero ¿cómo podréis afirmar que creéis en Dios hecho hombre si no os pronunciáis contra todo lo que degrada la persona humana y la familia? Si creéis que Cristo ha revelado el amor del Padre hacia toda criatura, no podéis eludir el esfuerzo para contribuir a la construcción de un nuevo mundo, fundado sobre la fuerza del amor y del perdón, sobre la lucha contra la injusticia y toda miseria física, moral, espiritual, sobre la orientación de la política, de la economía, de la cultura y de la tecnología al servicio del hombre y de su desarrollo integral.


Homilía del Papa Francisco en la canonización de san Juan XIII y san Juan Pablo II

HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO
Plaza de San Pedro

II Domingo de Pascua (o de la Divina Misericordia), 27 de abril de 2014


En el centro de este domingo, con el que se termina la octava de pascua, y que san Juan Pablo II quiso dedicar a la Divina Misericordia, están las llagas gloriosas de Cristo resucitado.
Él ya las enseñó la primera vez que se apareció a los apóstoles la misma tarde del primer día de la semana, el día de la resurrección. Pero Tomás aquella tarde, como hemos escuchado, no estaba; y, cuando los demás le dijeron que habían visto al Señor, respondió que, mientras no viera y tocara aquellas llagas, no lo creería. Ocho días después, Jesús se apareció de nuevo en el cenáculo, en medio de los discípulos: Tomás también estaba; se dirigió a él y lo invitó a tocar sus llagas. Y entonces, aquel hombre sincero, aquel hombre acostumbrado a comprobar personalmente las cosas, se arrodilló delante de Jesús y dijo: «Señor mío y Dios mío» (Jn 20,28).
Las llagas de Jesús son un escándalo para la fe, pero son también la comprobación de la fe. Por eso, en el cuerpo de Cristo resucitado las llagas no desaparecen, permanecen, porque aquellas llagas son el signo permanente del amor de Dios por nosotros, y son indispensables para creer en Dios. No para creer que Dios existe, sino para creer que Dios es amor, misericordia, fidelidad. San Pedro, citando a Isaías, escribe a los cristianos: «Sus heridas nos han curado» (1 P 2,24; cf. Is53,5).
San Juan XXIII y sanJuan Pablo II tuvieron el valor de mirar las heridas de Jesús, de tocar sus manos llagadas y su costado traspasado. No se avergonzaron de la carne de Cristo, no se escandalizaron de él, de su cruz; no se avergonzaron de la carne del hermano (cf. Is 58,7), porque en cada persona que sufría veían a Jesús. Fueron dos hombres valerosos, llenos de laparresia del Espíritu Santo, y dieron testimonio ante la Iglesia y el mundo de la bondad de Dios, de su misericordia.
Fueron sacerdotes y obispos y papas del siglo XX. Conocieron sus tragedias, pero no se abrumaron. En ellos, Dios fue más fuerte; fue más fuerte la fe en Jesucristo Redentor del hombre y Señor de la historia; en ellos fue más fuerte la misericordia de Dios que se manifiesta en estas cinco llagas; más fuerte, la cercanía materna de María.
En estos dos hombres contemplativos de las llagas de Cristo y testigos de su misericordia había «una esperanza viva», junto a un «gozo inefable y radiante» (1 P 1,3.8). La esperanza y el gozo que Cristo resucitado da a sus discípulos, y de los que nada ni nadie les podrá privar. Laesperanza y el gozo pascual, purificados en el crisol de la humillación, del vaciamiento, de la cercanía a los pecadores hasta el extremo, hasta la náusea a causa de la amargura de aquel cáliz. Ésta es la esperanza y el gozo que los dos papas santos recibieron como un don del Señor resucitado, y que a su vez dieron abundantemente al Pueblo de Dios, recibiendo de él un reconocimiento eterno.
Esta esperanza y esta alegría se respiraba en la primera comunidad de los creyentes, en Jerusalén, de la que hablan los Hechos de los Apóstoles (cf. 2,42-47), como hemos escuchado en la segunda Lectura. Es una comunidad en la que se vive la esencia del Evangelio, esto es, el amor, la misericordia, con simplicidad y fraternidad.
Y ésta es la imagen de la Iglesia que el Concilio Vaticano II tuvo ante sí. Juan XXIII yJuan Pablo II colaboraron con el Espíritu Santo para restaurar y actualizar la Iglesia según su fisionomía originaria, la fisionomía que le dieron los santos a lo largo de los siglos. No olvidemos que son precisamente los santos quienes llevan adelante y hacen crecer la Iglesia. En la convocatoria del Concilio, san Juan XXIII demostró una delicada docilidad al Espíritu Santo, se dejó conducir y fue para la Iglesia un pastor, un guía-guiado, guiado por el Espíritu. Éste fue su gran servicio a la Iglesia; por eso me gusta pensar en él como el Papa de la docilidad al Espíritu santo.
En este servicio al Pueblo de Dios, san Juan Pablo II fue el Papa de la familia. Él mismo, una vez, dijo que así le habría gustado ser recordado, como el Papa de la familia. Me gusta subrayarlo ahora que estamos viviendo un camino sinodal sobre la familia y con las familias, un camino que él, desde el Cielo, ciertamente acompaña y sostiene.
Que estos dos nuevos santos pastores del Pueblo de Dios intercedan por la Iglesia, para que, durante estos dos años de camino sinodal, sea dócil al Espíritu Santo en el servicio pastoral a la familia. Que ambos nos enseñen a no escandalizarnos de las llagas de Cristo, a adentrarnos en el misterio de la misericordia divina que siempre espera, siempre perdona, porque siempre ama.

miércoles, 23 de abril de 2014

Santos... porque humanos.


El título del artículo se llama "santos pero humanos". Pero yo considero que si no se es humano, muy humano, es imposible ser santo. Los defectos, nuestras dificultades, nos son también oportunidades para santificarnos, de demostrarle al Buen Padre Dios que lo amamos, a través de nuestros intentos de ser cada vez más perfectos, asemejarnos a Él, por el amor que le tenemos en nuestro pequeño corazón. Eso derrite a Dios...

También creo que nuestros defectos, al ser nuestras cruces, son también camino de santificación. Jesús se entregó por nosotros, y al seguirlo nos santificamos... al entregar nuestro esfuerzo por ser mejores personas, llevando con nosotros nuestros defectos, nuestras cruces, nos santificamos.

Así sucede también con nuestras dificultades, nuestros dolores. Demos gracias a Dios por ellos, pues son las vías por las que Dios nos permite seguir a Jesús en su cruz. Si ofrecemos estos dolores a Dios, y los vivimos con esperanza y alegría (sí, se puede) podemos no solo expiar nuestros pecados, sino que los de muchos, consolar al Sagrado Corazón de Jesús, y salvar muchas... muchas almas.


Santos pero humanos: Los defectos de Juan Pablo II y Juan XXIII

ROMA, 22 Abr. 14 / 06:19 pm (ACI/EWTN Noticias).- Los postuladores de las causas de canonización de los Pontífices, Mons. Slawomir Oder y el Padre Giovangiuseppe Califano O.F.M., explicaron esta mañana a los periodistas reunidos en la Oficina de la Santa Sede que los nuevos santos también tenían defectos y eso “demuestra su humanidad”.
Los expertos resaltaron los signos de santidad más innatos en ambos pontífices, pero también, contestaron a las preguntas de los periodistas, y aseguraron que como seres humanos, los pontífices tenían sus propias limitaciones.
Mons. Oder señaló que Juan Pablo II “era un hombre con sangre en las venas”, que así como “no tenía problemas en demostrar sus sentimientos”, a veces “se enfadaba, lo que demostraba su humanidad”.
El sacerdote polaco recordó que en uno de sus viajes, al Papa Juan Pablo II le recomendaron usar del chaleco antibalas. Sin embargo, el Pontífice renunció enérgicamente a esta protección con una negativa. “Lo rechazó porque él confiaba en otro tipo de protección”, señaló Mons. Oder.
El P. Califano indicó que el Papa Juan XXIII, conocido como el Papa “Bueno”, también tenía defectos y “solía preocuparse demasiado por las cosas, pero tenía un sentido de sencillez y sabiduría que le ayudaban a ser irónico consigo mismo”.
“Un día, un Obispo recién nombrado le confesó no poder dormir por las noches debido a la ansiedad que le causaba la responsabilidad de su cargo. El Papa (Juan XXIII) le dijo ‘¿Sabes? También a mí me pasaba lo mismo cuando fui elegido Papa. Pero un día soñé con mi Ángel de la Guarda y me dijo que no me lo tomara todo tan en serio’”.
Ambos postuladores coincidieron en que “todos tenemos defectos, pero la verdadera santidad es aquella en la que el hombre responde a la gracia de Dios corrigiendo sus errores”.
Fuente original: ACI PRENSA

viernes, 28 de febrero de 2014

Reflexión del Evangelio del día - 28 de febrero


Queridos hermanos en Dios:

Les pido mil disculpas por no poder publicar nada por los últimos 7 días. Yo estoy en tratamiento por depresión (les hablaré más de esto cuando escriba mi testimonio de vida en Dios) y con mi doctor estuvimos probando un medicamento nuevo que me hizo muy mal. Era necesario para descartar algunas cosas, pero dejé de tomarlo, y creo que ya estoy tomando los medicamentos correctos. Espero que entiendan mi situación.

El día de hoy el Evangelio es un tanto duro, y más dura creo que será mi reflexión. Por esto mismo, me es necesario recurrir a la primera lectura y al salmo, pues complementan el Evangelio de hoy (y también me ayudan a hacer una mejor reflexión). Así que por hoy pondré también a su disposición estas dos lecturas.

Los quiero en Cristo, no me olvido de ustedes...

Mili de Jesús


Lecturas del día de hoy, extraídas de la Biblia de Jerusalén.

Lectura de la carta de Santiago (Sant 5, 9-12)
9 No os quejéis, hermanos, unos de otros para no ser juzgados; mirad que el Juez está ya a las puertas. 10 Tomad, hermanos, como modelo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor. 11 Mirad cómo proclamamos felices a los que sufrieron con paciencia. Habéis oído la paciencia de Job en el sufrimiento y sabéis el final que el Señor le dio; porque "el Señor es compasivo y misericordioso". 12 Ante todo, hermanos, no juréis ni por el cielo ni por la tierra, ni por ningún otra cosa. Que vuestro sí sea sí, y el no, no; para no incurrir en juicio.


Salmo (Sal 102, 1-4, 8-12)

R: El Señor es bondadoso y compasivo.

1 Bendice a Yahveh, alma mía, del fondo de mi ser, su santo nombre, 2 bendice a Yahveh, alma mía, no olvides sus muchos beneficios. R.

3 El, que todas tus culpas perdona, que cura todas tus dolencias, 4 rescata tu vida de la fosa, te corona de amor y de ternura. R.

8 Clemente y compasivo es Yahveh, tardo a la cólera y lleno de amor; 9 no se querella eternamente ni para siempre guarda su rencor; 10 no nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas. R.

11 Como se alzan los cielos por encima de la tierra, así de grande es su amor para quienes le temen; 12 tan lejos como está el oriente del ocaso aleja él de nosotros nuestras rebeldías. R.


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos (Mc 10, 1-12)

1 Y levantándose de allí va a la región de Judea, y al otro lado del Jordán, y de nuevo vino la gente donde él y, como acostumbraba, les enseñaba. 2 Se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: «¿Puede el marido repudiar a la mujer?» 3 El les respondió: ¿Qué os prescribió Moisés?» 4 Ellos le dijeron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla.» 5 Jesús les dijo: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto. 6 Pero desde el comienzo de la creación, "El los hizo varón y hembra". 7 "Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre", 8 "y los dos se harán una sola carne". De manera que ya no son dos, sino una sola carne. 9 Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre.» 10 Y ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto. 11 El les dijo: «Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; 12 y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.»


Reflexión:

Este Evangelio nos habla sobre el matrimonio. El matrimonio es un sacramento muy especial, pues es el único sacramento que en verdad realizan los novios, y no el sacerdote. Esto no significa que se pueda realizar sin la presencia de un sacerdote, pero sí significa que hay que tener mucho cuidado al recibir este sacramento, no hay que tomarlo a la ligera. Frente al altar, los novios se aceptan como esposos, y se prometen estar el uno con el otro hasta la muerte, pase lo que pase. Esta promesa se hace ante Dios, y Él la toma muy en serio. Y aquí recurro a la primera lectura: que su sí siempre sea sí, y que su no siempre sea no, siempre decir la verdad, no tener que recurrir a jurar, pues jurar ya significa que en alguna oportunidad tu sí o tu no fueron falsos, y no debemos mentir. No solo para mantener una imagen, sino que cuando mentimos en lo pequeño, nos vamos acostumbrando a mentir cada vez más, y luego salir de ese hábito se hace muy difícil. De ahí la importancia de evitar pecar (cualquier pecado, sea grande o pequeño) pues un pecado por muy pequeño que sea, se puede convertir en una costumbre, en un hábito, y luego es muy difícil dejarlo. Es por eso que debemos comprometernos a convertirnos desde ahora, no desde mañana o pasado.

Romper la promesa hecha al novio o a la novia, y a Dios, en el matrimonio, es algo delicado. Por eso hay que estar muy seguros de que es esto lo que se quiere, y de hecho se le pregunta a los novios si están allí por voluntad propia. Si esto no fuera así, el matrimonio podría ser declarado nulo. Sí, nulo. Para la Iglesia Católica no existe el divorcio, pero sí la nulidad. Esta palabra significa que en verdad el matrimonio no existió. Para realizar esto, hay que consultar a un abogado experto en derecho canónico, y seguir un procedimiento que la verdad desconozco, pero el primer paso es consultar al abogado. Otra de las causas de que un matrimonio sea declarado nulo, es por ejemplo, que el novio le oculte algo muy relevante de sí mismo a la novia, por ejemplo, que tiene una enfermedad mental, o que es alcohólico. Y otra causa es también que uno de los novios no crea realmente que quiera estar con el otro para toda la vida, o que crea que ésto es imposible. El matrimonio católico es para toda la vida, si usted considera que no se puede, es mejor no se case por la Iglesia, o que trabaje y le pida a Dios que cambie su opinión. Dar el sí en el matrimonio es algo muy serio, 

Es complicado decir "sí, yo estaré con ese hombre para toda la vida, hasta que la muerte nos separe" (en mi caso sería un hombre, pues soy mujer). Sin embargo, el sacramento del matrimonio es motivo de esperanza para los novios: Dios, a través del sacramento, les da la Gracia para amar a su esposo o esposa, de la misma manera que Jesús amó a la Iglesia. Y Jesús amó a la Iglesia hasta el extremo, hasta la muerte, y muerte de cruz. Nuevamente vienen los peros: para recibir la Gracia de Dios, hay que estar en estado de Gracia, esto quiere decir que debemos confesarnos previamente. Y además, la Gracia que Dios da a los matrimonios, no se las da solamente en el momento de la ceremonia religiosa, sino que se las da continuamente. Así, si un matrimonio de verdad quiere permanecer unido, debe recurrir a: el sacramento de la reconciliación seguido, la Eucaristía, la oración (ojalá oren juntos), y cuidar muchísimo su amor. No sirve si solo uno de ellos realiza estas cosas, pues si una (o uno) cae en pecado y es infiel al otro (o a la otra) ¿de qué sirve que solo uno haga de todo para que el matrimonio persevere? 

El sacramento del matrimonio hoy en día es algo heroico, considerando que hay un egoísmo imperante, un individualismo que nos dice "¿para qué te vas a casar si vas a tener que compartir tus cosas? ¿No será mejor dejarlas solo para ti? ¿para qué vas a tener hijos si cuestan tan caro?". Y claramente hay muchas más excusas que nos puede dar este anti-valor. El matrimonio requiere de la humildad, la generosidad, el respeto, la paciencia... y quizás muchos más, pero voy a recalcar estos valores. La humildad para pedir perdón, y también para perdonar al otro cuando se equivoca, pues ninguno de los dos puede pedirle al otro que sea perfecto, menos aún siendo que ninguno de los dos es perfecto. La generosidad, pues van a vivir en un lugar común, van a compartir comida, espacios, hijos, amor... y hay que ser generosos en ese aspecto, especialmente las relaciones sexuales son un acto de generosidad del uno para la otra (o de la una para el otro) pues se comparte algo muy íntimo, que además debe estar siempre basado en el amor. Respeto, pues muchas veces puede suceder que ella o él no quieran tener relaciones, o quieran tener un espacio en soledad, o con los amigos, y eso también requiere respeto. Y paciencia, pues puede ser que mi marido haga algo que a mí no me gusta (como ensuciar el wc con orina, o dejar la toalla con la que se ducha tirada sobre la cama) y aunque yo le pida que no haga esas cosas, puede ser que ese hábito no se desarrolle de una vez para siempre, o puede ser que se equivoque en otra cosa más grave, y yo tenga que tener paciencia para que deje eso. ¿Comprenden lo heroico del matrimonio?

Ahora ¿qué pasa cuando el matrimonio se separa, y no hay vuelta atrás? Yo considero que todo es posible para Dios, y que un matrimonio siempre puede volver, pero si el matrimonio no puede ser anulado, y se piensa que ya es imposible que éste regrese (como mis padres, que llevan separados como 28 años, y ambos están muy lejos de la Gracia de Dios como para que Él haga algo por ellos) es necesario que esa mujer, o ese hombre, permanezcan solos. ¿Porqué tanto? Se habla mucho del "derecho a rehacer su vida", pero no se habla del deber de permanecer fiel a la promesa que se hizo ante Dios. Por lo tanto, si una persona se divorcia, y quiere permanecer fiel a Dios, debe permanecer solo (o sola). Si una persona se casa, luego se divorcia, y luego se vuelve a casar, falta a esa promesa, y esto quiere decir que está cometiendo un pecado grave, y que estará en pecado hasta que vuelva a estar solo (o sola). Esto de estar en pecado, es algo muy complicado, pues no puede recibir la Eucaristía (pues al estar en pecado, tiene el corazón sucio, y al recibir a Jesús estaría mezclando a Jesús con ese pecado, y eso se llama sacrilegio) y aunque se confiese, si sigue estando con esa otra persona que no es su esposo o esposa, seguirá estando en pecado: es decir, el sacramento de la reconciliación no va a hacer "efecto" en verdad. Y si no puede confesarse, y permanece en pecado... su alma está en grave peligro, no solo porque debe cargar con ese pecado, sino que además porque puede perder la esperanza, y no decidirse a convertirse nunca, y eso lo llevará directo al infierno. ¿Ven lo grave que es?

¿Qué pasa si yo no me he casado nunca, y me caso con un hombre (o una mujer) que se divorció? Pues estás en pecado igual, pues eres ocasión de pecado para ese hombre (o mujer) y eso es pecado. Es más, Jesús nos dice que si miramos a la mujer (o al marido) de otra persona con pensamientos "de deseo", que pueden incluso ser muy románticos, sin pensar en tener relaciones, igual se está cometiendo adulterio con esa persona. O sea, casarse o ser novio(a) (o pololos como se dice en Chile, mi país) de una persona que está divorciada, es pecado, es adulterio igual, y es tan serio como en el caso anterior. Por eso, si tú conoces a alguien que está divorciado(a), y te gusta, o le gustas... mejor ¡corre! No le seas ocasión de pecado, ni cometas tú un pecado. Una mujer o un hombre que realmente ama a Dios sobre todas las cosas, hará esto por amor a Dios.

"Lo que ha unido Dios, no lo separe el hombre" dice Jesús en este Evangelio. Cuando dice "repudiar", quiere decir divorciar. Así está traducido en otras Biblias, y así también se le llama en el Islam cuando un hombre se divorcia de su mujer (cosa que no puede suceder al revés por sus leyes). Pero... ¿puede Dios unir a dos hombres, o a dos mujeres? La respuesta es muy simple: Jesús dice claramente "Dios los hizo varón y hembra", en otras Biblias leemos "Él los hizo hombre y mujer". Si Dios nos hizo hombre y mujer, si Dios le dio a Adán a Eva por compañía, y no a otro hombre... ¿no será por algo? Si alguien que no cree en Dios les hace la misma pregunta, le pueden decir: ¿crees en la naturaleza? ¿crees que es sabia? Pues la naturaleza, o el universo, o lo que quieras, nos hizo hombre y mujer, y solo le dio la capacidad de tener hijos a un hombre con una mujer. ¿No será eso por algo? Dios es infinitamente mucho más sabio que nosotros, e incluso una comparación con los animales me parece burda: nosotros tenemos voluntad e inteligencia, podemos decidir si estamos con alguien del mismo sexo o no, los animales solo pueden seguir su instinto, y eso nos hace superiores a los animales. El simple hecho de que solo un hombre con una mujer puedan tener hijos, y el matrimonio se hizo como institución para eso, para tener hijos... significa claramente que los homosexuales no deberían poder ser padres. En otra ocasión (y quizás hasta en otro espacio que crearé próximamente) les explicaré más sobre los estudios científicos que avalan esto, pues los niños necesitan un padre y una madre para crecer y desarrollarse plenamente. El matrimonio debe ser entre un hombre y una mujer, y quien les quiera convencer de otra cosa, pueden ustedes muy bien pensar que esa idea proviene del maligno (así llamo yo al demonio) y rechazarla de plano. Es el maligno el que quiere destruir el matrimonio, pues sabe que en una familia los seres humanos somos más sanos y más felices. Y es claro que el maligno quiere destruirnos, especialmente destruir no solo nuestra salud física y mental, sino que destruir nuestras almas. 

Les dejo como "tarea" rezar por los matrimonios, por los que están unidos y necesitan de Dios para continuar juntos (que en realidad son todos), por los que se encuentran en problemas, y por los que se encuentran separados o divorciados, para que Dios les de la Gracia para volver a Él, o para que permanezcan con Él, y les dé su Paz. 

Descansen... la reflexión de hoy ha sido dura, pero no olvidemos nunca que Dios es todo Misericordia, y que siempre nos espera de regreso, hasta el último suspiro de nuestras vidas. Y aquí recurro al Salmo del día de hoy, vuelvan a leerlo, y recuperen la Paz que Dios nos da. 

Los quiero, no me olvido de ustedes...

jueves, 20 de febrero de 2014

Homilía del Papa Francisco de hoy - 20 de febrero


Queridos hermanos en la fe:

Hoy me he sentido mejor, en realidad me estoy sintiendo mejor desde ayer en la tarde - noche. Como estuve un tanto enferma desde el viernes pasado, al parecer me bajaron las defensas, y me resfrié. El lunes mi nariz era una llave semi-abierta, caían y caían verdaderas gotas. Ayer sentía un malestar generalizado, y no pude hacer prácticamente nada durante ese tiempo. Recién como a las 8 de la noche, después de haber comprado y tomado un medicamento, me he comenzado a sentir mejor. Solo me queda cuidarme... ahora estoy tratando de ponerme al día con mil cosas en casa, sobretodo con la "remodelación" de mi cuarto, que en verdad es revisar mis cosas, botar las viejas, revisar montones de papeles que tengo guardados, botar lo que no me sirva... en fin, una tarea que es bien aburrida, pero que es necesaria, especialmente cuando una necesita nuevos espacios para nuevos desafíos... el 10 marzo comienzan mis clases, y estoy muy contenta por eso, pero necesito espacio y orden para poner mis cuadernos, mis libros, etc. 

Hoy les dejaré la homilía que realizó hoy el Papa Francisco en la Santa Misa, en la casa Santa Marta. 

¡En la página original hay un video del Papa Francisco dando la homilía! (Pondré el link al final)

Papa Francisco: Sigan a Jesús siempre, encuéntrense todos los días con Él


VATICANO, 20 Feb. 14 / 03:28 pm (ACI).- En su homilía de la Misa que presidió hoy en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco reflexionó sobre la importancia de responderse a la pregunta sobre “¿Quién es Jesús para mí?” y señaló que al Señor se le conoce siguiéndolo, y para eso es importante el encuentro cotidiano con Él.

Para explicar esta vida de discípulo que propone a cada fiel, según señala Radio Vaticano, el Papa puso como modelo a Pedro, que el Evangelio del día retrata contemporáneamente en los paños de “valiente” testimonio – aquel que a la pregunta de Jesús a los Apóstoles: “¿Quién dice la gente que soy yo?”, afirma: “Tú eres el Cristo” – y de inmediato en los paños del adversario, cuando considera que tiene que reprender a Jesús que acaba de anunciar que tiene que sufrir y morir, para después resucitar.

“Tantas veces”, observó el Santo Padre, “Jesús se dirige a nosotros y nos pregunta: ‘¿Quién soy yo para ti?’”, obteniendo “la misma respuesta de Pedro, aquella que hemos aprendido en el catecismo”, pero no es suficiente.

El Papa dijo luego que “parece que para responder a esa pregunta que todos nosotros sentimos en el corazón –‘¿Quién es Jesús para nosotros?’– no es suficiente aquello que hemos aprendido, estudiado en el catecismo, que es importante estudiarlo y conocerlo, pero no es suficiente. Para conocer a Jesús es necesario recorrer el camino que ha recorrido Pedro”.

“Después de esa humillación, Pedro fue adelante con Jesús, vio los milagros que Jesús hacía, vio su poder, luego pagó los impuestos, como le había dicho Jesús, ha pescado un pez, ha sacado la moneda, vio tantos milagros así. Pero, a un cierto punto, Pedro negó a Jesús, traicionó a Jesús, y aprendió aquella ciencia tan difícil – más que ciencia, sabiduría – de las lágrimas, del llanto”.

Pedro, prosiguió el Papa Francisco, pidió perdón a Jesús y no obstante ello, luego de la Resurrección, es interrogado por Él en la playa de Tiberíades, y probablemente –manifestó el Papa– en el reafirmar el amor total por su Maestro llora y se avergüenza recordando las tres veces que lo negó:

“Esta primera pregunta a Pedro ‘¿Quién es Jesús para ti?’ se entiende solo a lo largo de un camino, después de un largo camino de gracia y de pecado, un camino de discípulo. Jesús no dijo a Pedro y a sus Apóstoles '¡Conóceme!' dijo ‘¡Sígueme!’. Y este seguir a Jesús nos hace conocer a Jesús. Seguir a Jesús con nuestras virtudes, también con nuestros pecados, seguir siempre a Jesús. No es un estudio de cosas lo que es necesario, sino una vida de discípulo”.

Es necesario, insistió el Santo Padre, “un encuentro cotidiano con el Señor, todos los días, con nuestras victorias y nuestras debilidades”. Pero, agregó, es también “un camino que nosotros no podemos realizar solos”. Es necesaria la intervención del Espíritu Santo.

“Conocer a Jesús es un don del Padre, es Él que nos hace conocer a Jesús; es una obra del Espíritu Santo, que es un gran trabajador. No es un sindicalista, es un gran trabajador y trabaja en nosotros, siempre. Hace este trabajo de explicar el misterio de Jesús de darnos este sentido de Cristo”.

“Miremos a Jesús, a Pedro, a los apóstoles y sintamos en nuestro corazón esta pregunta: ‘¿Para ti quien soy yo?’. Y como discípulos pidamos al Padre que nos dé el conocimiento de Cristo en el Espíritu Santo, nos explique este misterio”.


link a la publicación original en: ACI PRENSA

miércoles, 19 de febrero de 2014

Algo que me identificó mucho...


Les dejo algo que me identificó mucho... ¡Rezo por ustedes!


Mi mérito proviene de Su misericordia; pues no carezco de mérito mientras que Él no carezca de compasión. Y si las misericordias del Señor son muchas, entonces yo soy rico en méritos. Ya que aunque esté consciente de mis muchos pecados, ¿qué es lo que importa? donde abundó el pecado se ha desbordado la gracia. - San Bernardo de Claraval (1090-1153), Doctor de la Iglesia 

Homilía del Papa Francisco del 18 de febrero

Queridos hermanos en la fe:

Nuevamente no pude escribir hoy la reflexión del Evangelio del día de hoy. Sigo enferma, y además se suma que me quedan pocos días para re-organizar mi dormitorio antes de entrar a clases en marzo, lo cual es muy importante en estos minutos. ¡Y no he podido hacer nada! No saben lo importante que es para mí escribirles a diario. Lo que siempre he querido es que Dios llegue a sus corazones, y que aprendan también a amarlo cada día más. Que su fe crezca y madure... 

Por eso hoy nuevamente he decidido publicar algo que dijo el Papa Francisco, esta vez en la homilía que realiza en la Santa Misa de la Casa Santa Marta. Esta es la homilía del día de ayer, pero me llamó mucho la atención, y sé que será de gran provecho para sus almas. 

Sigo rezando por ustedes, y entrego todos mis dolores, físicos y emocionales, por la salvación de las almas de todo el mundo, las suyas, y la mía también. ¡Ustedes también pueden hacer esto! Basta con decirle a Jesús que se lo entregan, y vivir con fe y alegría sus dolores.

Los quiero, los llevo en mi corazón.


Mili de Jesús

PD: al final está el link a la página original donde fue publicada esta homilía, incluye un audio y un video, por si lo quieren ver.


Cuando estamos tentados, sólo la Palabra de Dios nos salva, el Papa el martes en Santa Marta.


(RV).- (Con audio y video) Resistir a la seducción de las tentaciones es posible solamente “cuando se escucha la Palabra de Jesús”. Lo afirmó el Papa Francisco en la homilía de la Misa presidida esta mañana en la Casa de Santa Marta. No obstante nuestras debilidades, repitió el Papa, Cristo nos da siempre “confianza” y nos abre un horizonte más amplio de nuestros límites.

La tentación se manifiesta como una atracción inocua y termina por transformarse en una jaula, de la que a menudo más que buscar evitarla se intenta minimizar su esclavitud, sordos a la Palabra de Dios. En su homilía, el Papa reafirmó una verdad y una secuencia descritas por Santiago en un pasaje de su Epístola, propuesta por la liturgia. La verdad es que jamás es Dios quien tienta al hombre, sino sus pasiones. La secuencia es aquella producida por las mismas pasiones las cuales, dice el Apóstol, “conciben y generan el pecado. Y el pecado, una vez cometido, produce la muerte”:

“La tentación, ¿de dónde viene? ¿Cómo actúa dentro de nosotros? El apóstol nos dice que no viene de Dios, sino de nuestras pasiones, de nuestras debilidades interiores, de las heridas que ha dejado en nosotros el pecado original: las tentaciones vienen de allí, de estas pasiones. Es curioso, la tentación tiene tres características: crece, contagia y se justifica. Crece: comienza como si nada, y crece… El mismo Jesús decía esto, cuando habló de la parábola del grano y de la cizaña: el grano crecía, pero también la cizaña sembrada por el enemigo. Y la tentación crece: crece, crece… Y si uno no la detiene, ocupa todo”.

Además, continuó el Pontífice, la tentación “busca otro para hacerse compañía, contagia” y “en este crecer y contagiar, la tentación nos encierra en un ambiente de donde no se puede salir con facilidad”. Es la experiencia de los Apóstoles narrada en el Evangelio del día, que ve a los Doce culparse unos a otros bajo los ojos del Maestro por no haber traído pan a bordo de la barca. Jesús, observó el Santo Padre, quizás sonriendo por aquel altercado, los invita a estar “atentos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes.” Pero los Apóstoles que por un poco insisten, sin escucharlo, “tan cerrados en el problema de quién tuviese la culpa por no haber traído pan - comentó Francisco - no tenían lugar, no tenían tiempo, no tenían luz para la Palabra de Dios”:

“Y así, cuando estamos tentados, no escuchamos la Palabra de Dios: no escuchamos. No entendemos. Y Jesús ha debido recordar la multiplicación de los panes para hacerlos salir de aquel ambiente, porque la tentación nos encierra, nos quita toda capacidad de previsión, nos cierra todo horizonte, y así nos lleva al pecado. Cuando estamos tentados, solo la Palabra de Dios, la Palabra de Jesús nos salva. Escuchar aquella Palabra que nos abre el horizonte… Él siempre está dispuesto a enseñarnos cómo salir de la tentación. Y Jesús es grande porque no solo nos hace salir de la tentación, sino que nos da más confianza”.

Esta confianza, afirmó el Obispo de Roma, es “una fuerza grande, cuando somos tentados: el Señor nos espera”, “se fía de nosotros tentados, pecadores”, “abre siempre horizontes”. Por el contario, repitió Francisco, el diablo con “la tentación, encierra, cierra, cierra” y hace “crecer” un ambiente parecido a la barca de los Apóstoles. No dejarse “encarcelar” por este tipo de ambiente, concluyó, es posible sólo “cuando se escucha la Palabra de Jesús”:

“Pidamos al Señor que siempre, como hizo con los discípulos, con su paciencia, cuando somos tentados nos diga: ‘Detente, estate tranquilo. Acuérdate que hice contigo en aquel momento, en aquel tiempo: acuérdate. Alza los ojos, mira el horizonte, no cerrar, no te cierres, va adelante’. Y esta Palabra nos salvará de caer en el pecado en el momento de la tentación”. (RC-RV)

link a la fuente original: Radio Vaticana

lunes, 17 de febrero de 2014

Discúlpenme por la desaparición

¡Hola a todos!! 

La verdad es que no he estado muy bien de salud, y por eso no he podido escribirles en varios días. Les dejo como recompensa el mensaje del Papa Francisco previo al Ángelus del día domingo.

Un abrazo, y ofrezco cada dolor fisico y emocional por mi salvación y la de todas las almas... ¡las de ustedes también!

Mili de Jesús.


VATICANO, 16 Feb. 14 / 10:30 am (ACI/EWTN Noticias).- Al presidir el rezo del Ángelus hoy en la Plaza San Pedro, el Papa Francisco aseguró que Jesús le propone a sus discípulos “la perfección del amor”, lo que consiste en poner en práctica un amor cuya única medida es no tener medida.

El Santo Padre indicó que “Jesús propone a los que siguen la perfección del amor: un amor cuya única medida es no tener medida, ir más allá de todo cálculo”.

“El amor al prójimo es una actitud tan fundamental que Jesús llega a afirmar que nuestra relación con Dios no puede ser sincera si no queremos hacer la paz con el prójimo. Y dice así: ‘Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, y ve antes a reconciliarte con tu hermano’”.

Por eso, dijo el Papa, “estamos llamados a reconciliarnos con nuestros hermanos antes de mostrar nuestra devoción al Señor en la oración”.

Reflexionando sobre el Evangelio de hoy, que recoge parte del “Sermón de la Montaña”, el Santo Padre señaló que Jesús, respecto a la Ley judía, predica que “no piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento”.

“Así que Jesús no quiere cancelar los mandamientos que el Señor dio por medio de Moisés, sino que quiere llevarlos a su plenitud. E inmediatamente después añade que este ‘cumplimiento’ de la Ley requiere una justicia superior, una observancia más auténtica”.

Jesús le dijo a sus discípulos, recordó el Papa, que “les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos”.

“¿Pero qué significa este ‘pleno cumplimiento’ de la ley? ¿Y en qué consiste esta justicia superior?”, cuestionó Francisco.

“El mismo Jesús nos responde con algunos ejemplos. Porque Jesús era un hombre práctico, hablaba siempre con ejemplos para hacerse entender. Comienza desde el quinto mandamiento del Decálogo: ‘Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás; pero yo les digo que todo aquel que se enoja contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal’”.

Con esto, dijo el Papa, “Jesús nos recuerda que ¡también las palabras pueden matar, ¿eh? Cuando se dice que una persona tiene la lengua de serpiente, ¿qué quiere decir? Que sus palabras matan”.

“Por lo tanto, no solo no se debe atentar contra la vida de los demás, sino tampoco derramar sobre él el veneno de la ira y golpearlo con la calumnia. Ni hablar mal de él porque llegamos a las habladurías: los chismes también pueden matar, ¡porque matan la reputación de las personas!”.

Francisco subrayó que “¡es muy feo chismorrear! Al principio puede incluso parecer incluso una cosa agradable, incluso divertida, como si fuera un caramelo. Pero al final, nos llena el corazón de amargura, nos envenena también a nosotros”.

“Pero les digo la verdad, ¿eh? Estoy convencido de que si cada uno de nosotros hiciera el propósito de evitar los chismes, ¡con el tiempo se convertiría en un santo! Éste es un hermoso camino. ¿Queremos llegar a ser santos, sí o no?, ¿Queremos vivir parloteando como de costumbre, sí o no? Entonces estamos de acuerdo: ¡basta con los chismes!”.

El Santo Padre subrayó que “Jesús no da importancia sólo a la observancia disciplinar y a la conducta externa. Él va a la raíz de la Ley, centrándose especialmente en la intención y por tanto en el corazón humano, donde se originan nuestras acciones buenas o malas”.

“Para obtener un comportamiento bueno y honesto no son suficientes las normas jurídicas, sino que son necesarias motivaciones profundas, expresión de una sabiduría oculta, la Sabiduría de Dios, que se pueden recibir gracias al Espíritu Santo. Y nosotros, a través de la fe en Cristo, podemos abrirnos a la acción del Espíritu, que nos permite vivir el amor divino”.

“A la luz de esta enseñanza, todos los mandamientos revelan su pleno significado como una exigencia de amor, y todos se reúnen en el gran mandamiento: amar a Dios con todo tu corazón y al prójimo como a ti mismo”, concluyó.

enlace a la fuente original: ACI PRENSA

viernes, 14 de febrero de 2014

Reflexión del Evangelio del día - viernes 14 de febrero


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos (Mc 7, 31 - 37) Extraído de la Biblia de Jerusalén.

Gloria a Ti Señor Jesús.

31 Se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis. 32 Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él. 33 El, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. 34 Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: «Effatá», que quiere decir: «¡Abrete!» 35 Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente. 36 Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban. 37 Y se maravillaban sobremanera y decían «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»

Palabra del Señor.
Gloria y Honor a Ti Señor Jesús.


Reflexión:

Ayer salí de mi casa, tenía que ir a comprar algo y cambiar un regalo de Navidad (sí, muy tarde, fui yo la que se retrasó). El punto es que tenía que ir a un mall (no sé si esta palabra se usará en otras partes del mundo, pero es un centro comercial). Me llama la atención la forma en que nos quieren "vender el mundo", vender una forma de mirar el mundo, como si todo (hasta la felicidad) pudiera ser vendido y comprado.

Bueno, el punto es que medio enojada conmigo misma y con lo que veía a mi alrededor, me decidí a ir al cine que está dentro del mall. Y... bueno, pude ver la Mano Amorosa de Dios en lo que sucedió dentro del cine. Vi la película "La vida secreta de Walter Mitty", aunque que acá en Chile se llama "La increíble vida de Walter Mitty". ¿Porqué? No sé... ¡Recomiendo mucho la película! Tiene una bonita fotografía, los colores 

son interesantes de observar, de notar. Además, tiene algo muy interesante... y es que "mágicamente", cuando Walter Mitty sigue su amor y se arriesga, es cuando todo le sale bien. Claro, tiene una especie de contrato de publicidad con la revista "Life" de Estados Unidos (vida traducido al español), pero yo pude ver, en vez de a "el destino" como le llaman, o a "la vida", la Mano de Dios arreglando todo, poniendo todo en su lugar. Y es que la Vida, la Vida de verdad, la Vida con mayúsculas, es Dios. La magia nunca es buena (no hablo del ilusionismo, sino que de la magia de las brujas) no existe la magia "blanca" (tengo una vasta experiencia personal de eso, pronto lo verán en mi testimonio). Eso que llamamos "magia", que ocurre algo maravilloso, algo puro, algo bueno, es la Mano de Dios, mimándonos, protegiéndonos. Incluso en mi vida, hay situaciones en que puedo ver que la Mano de Dios permite cosas, permite enfermedades, sufrimientos, pero cuando lo he visto con perspectiva, me he dado cuenta de que la Misericordia de Dios fue muy grande, incluso en esas cosas "malas".

¿Qué tiene que ver todo esto con la lectura de hoy? ¡Mucho que ver! Y es que a veces no somos capaces de ver, ni de oir, ni de sentir, y menos de hablar de Dios: por causa nuestra, nos negamos a ver a Dios en nuestra vida. A veces no podemos creer que Dios está Presente en el mundo de hoy. Sé que vemos muchas cosas malas, feas. Pero si ustedes se ponen en las Manos Amorosas de Dios, y siguen su Camino (a Jesús, que está siempre Presente en la Iglesia Católica) no tienen nada que temer. Pueden arriesgarse por Amor, dar ese Salto Mortal que Dios nos pide (y que Walter Mitty dio físicamente en la película, de ser un hombre normal, común y corriente, pasó a lanzarse de un helicóptero a un barco en el mar de Groenlandia) que es un Salto de Fe, de Confianza en Él, y dado ese salto... ¡Dios se nos Revela! De una manera más "visible", quizás no medible ni calculable por la ciencia, porque Él no quiere ser estudiado como si fuera una cosa, pero hay cosas que están fuera de lógica, como una tranquilidad y alegría que nadie puede derribar, porque están ancladas firmemente en Jesús; o esa capacidad de sufrir, a un nivel que nadie comprende (incluso lo llaman masoquismo) pero hacerlo con alegría. ¿Fuera de lógica? Por supuesto. Esos son Milagros de Dios, solo un par de ejemplos de ello, y estos nos señalan "por aquí estuvo la Mano de Dios". No la de Maradona, no, la de Dios, la de Verdad (jaja).

Quiero invitarlos a ir a la Santa Misa, a recurrir al Sacramento de la Reconciliación, y a rezar, a rezar mucho, para que Dios nos conceda la Gracia de notar que Él está Presente en nuestro mundo, y en nuestras vidas.


Oración:

Amado Padre Dios: Nos ponemos totalmente en Tus Manos, tómanos Señor, pues somos tuyos, siempre lo hemos sido, y queremos serlo también ahora y en el futuro. Concédenos la Gracia para verte pasar por nuestras vidas, para ser conscientes de que estás Presente en este mundo y en nuestras vidas. Que seamos capaces de escuchar Tu Palabra, que puede estar en la Biblia, en la Iglesia Católica, en su Magisterio o la Tradición, en la palabra de un amigo, o en una película, haz que podamos notar Tu Mano allí donde la haz puesto, que seamos capaces de entender lo que nos quieres decir, y que quede plasmada en nuestro corazón y vida. Concédenos Padre hablar de Ti, dar testimonio de Ti en nuestras vidas, en nuestras palabras y acciones, que los demás puedan notar también que Tu Mano pasa por nosotros. Haznos cariño, Padre Dios, mímanos, consuélanos cuando estemos tristes, haz que siempre estemos alegres, y que esa alegría venga de Ti, para que nadie ni nada pueda quitárnosla. Tócanos Padre Dios, tócanos Espíritu Santo, tócanos Jesús, como lo hiciste con aquel sordo mudo, y haz que seamos capaces de todas estas cosas, para Tu Mayor Gloria.

Amén.


Más tarde quizás haga un "especial" de San Valentin, espero poder hacerlo... los quiero mucho, rezo por ustedes.